El origen de esta secta data de 1260, y salta a la vista cual era una de sus prácticas predilectas: La flagelación. Al parecer, un monje llamado Rainer extendió por Europa la práctica de la flagelación. Entre las aspiraciones y temores de esta secta podemos destacar los siguientes: la espera o advenimiento de un nuevo reino, el Anticristo o la voluntad de salvar la fraternidad declinante.
De todas maneras fue Conrad Schmid en 1360 el que creó una variación de esta secta, afirmando que mediante la flagelación se emulaba a Cristo:
“Igual como Cristo transformó el agua en vino, nosotros hemos de cambiar la sangre en energía”.
Schmid falleció en 1368, convirtiéndose en un mártir a los ojos de sus seguidores mas devotos.
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